Nuestro amigo: El Cliente

El día de hoy platicaba con una amiga acerca del negocio su papá, me comentaba que ha ido perdiendo clientes y cada vez se encuentra más preocupado pues no alcanza los niveles de venta esperados, al preguntarle de que estrategias estaban siguiendo para atraer clientes me sorprendio escuchar que ninguna, si acaso solo habian repartido unos volantes en un cine cercano. No es el único caso que he escuchado recientemente en el que pequeñas empresas con una antiguedad de más de 10 años en el mercado no tienen ninguna estrategia de ventas, pues se conforman con saber que su producto es "bueno" y su servicio es "normal", pero los tiempos cambian y el cliente es cada vez más exigente con lo que espera al solicitar un producto, espera entre otras cosas que todo el ambiente este adecuado para recibirle, por lo que es necesario conocerle y tener "intimidad con él", SI escuchaste bien: "tener intimidad" que significa "2. adj. Dicho de una amistad: Muy estrecha" según la Real Academia Española y le corresponde a la empresa saber ser buen amigo, ¿como? pues averiguando que espera de nosotros y saber como lo podemos hacer sentir a gusto, escuchando sus quejas y sugerencias y demostrandole al mejorar nuestros productos y servicios cuan valioso es, al fin el cliente verdaderamente ya es un gran amigo que nos ayuda a alcanzar nuestros objetivos de negocios, por lo cual es necesario corresponderle. En este periodo de la conquista del cliente es necesario saber exactamente cual es nuestro segmento de mercado, para poder determinar las estrategias a seguir y determinar de que adolece la empresa que pudiera ser en el posicionamiento, en las ventas o en la rentabilidad que es a fin y al cabo a donde se orientan los objetivos a corto, mediano o largo plazo de las organizaciones. El cliente no solo espera un buen producto, sino el mejor, con más rapidez y al menor costo aunque siempre esta consiente que un gran servicio vale. Hay que adecuarse a las expectativas de nuestros clientes, quien cree que ellos se tienen que adecuar al negocio , como en antaño, simplemente esta condenado a perder a ese gran amigo: el cliente.